(14 Abril 1931)
Antecedentes y proclamación.
En los más de cincuenta años de monarquía que siguen a la I República (1873-74), se suceden dos borbones Alfonso XII y Alfonso XIII. Este régimen se caracteriza por representar un freno al progreso y por su alto grado de corrupción, explotación y represión.
En esta situación la oposición republicana constituida por fuerzas políticas, sindicales y sociales de talante progresista, va poco a poco organizándose a lo largo de los años, mientras el régimen monárquico entra progresivamente en una fase de decadencia fruto de las razones antes citadas.Así llegamos al año 1931, en que el régimen monárquico se encuentra inmerso en una profunda crisis. El rey nombra un nuevo gobierno e intentando demostrar buena voluntad al pueblo, convoca elecciones municipales. Desde su alejamiento de la realidad del pueblo español, el monarca y su gobierno ignoran la antipatía que este pueblo les profesa y creen que las elecciones se saldarán con un respaldo mayoritario para la monarquía. Nada más lejos de la realidad.
Los Socialistas, republicanos y demás fuerzas anti-monárquicas se lanzan a una intensa campaña electoral a favor de un estado republicano.El resultado de las elecciones es una ínfima mayoría para los monárquicos, pero en sí supone una derrota para éstos, puesto que pierden en 41 de las 50 capitales de provincia y eso aun a pesar de la corrupción reinante.
El pueblo masivamente se echa a la calle para vitorear la II República y pedir el fin de la monarquía.
Alfonso XIII por fin entiende la situación y abandona el país, forzado por el rechazo popular para no regresar más.
Es el 14 de abril de 1931. Alcalá Zamora, Azaña y Largo Caballero entre otros, proclaman desde el Ministerio de Gobernación la II República.
Inmediatamente se desata el delirio entre los ciudadanos. La meta tan largamente esperada se ha conseguido por fin.
Un periodo de esperanza en la historia de España se abre tras años de oscuridad y los ciudadanos son conscientes del momento histórico que están viviendo y lo encaran con renovado optimismo.
Fases.
La segunda Republica española pasa por tres fases claramente diferenciadas:
- El bienio progresista (1931-1933)
- El bienio derechista (1933-1935)
- El frente popular (1936-)
El bienio progresista.
Este periodo está caracterizado por el esfuerzo del gobierno por modernizar la nación y sacarla de su atraso secular tanto en materia económica como social. En este periodo se elabora y aprueba la constitución, convirtiéndose en una de las más avanzadas de la época. La nueva constitución supone el primer enfrentamiento grave con la iglesia, que no la acepta.
Se aborda la reforma del ejército, con el fin de mejorar su grado de eficiencia. Se aborda la reforma agraria. Se concede el estatuto de autonomía a Catalunya y más tarde a otras regiones. Se mejoran las condiciones laborales y los salarios. Se crean numerosas escuelas y se fomenta la alfabetización.
Todas estas reformas encuentran una importante oposición por parte de los poderes oligárquicos del país. El ejército, la iglesia, el gran capital y las fuerzas conservadoras y monárquicas ven peligrar su tradicional estatus preponderante y se oponen por todos los medios a su alcance a este progreso.
Así la Republica sufre en agosto de 1932 un frustrado intento de golpe de estado, dirigido por el general Sanjurjo y respaldado por las fuerzas antirrepublicanas y la iglesia.
La situación económica internacional está marcada por la crisis mundial de 1929 y esto viene a agravar los problemas económicos de la Republica. Esto lleva a que unido a todo lo anterior las reformas se desarrollen de forma lenta, lo que provoca rechazo por parte de los jornaleros, campesinos y obreros decepcionados, por los progresos reales frente a las expectativas que el nuevo régimen creó.
Se producen huelgas, manifestaciones y levantamientos obreros, que tienen su máximo exponente en los sucesos de Casas Viejas, donde la Guardia Civil ejecuta una masacre.
Este último suceso y el revuelo consiguiente provocan una profunda crisis gubernamental, que tras la formación de dos gobiernos sucesivos desemboca en la disolución de las cortes y la convocatoria de elecciones generales.
El bienio derechista.
Las elecciones generales de 1933 son ganadas por la derecha. Inmediatamente el jefe de gobierno Lerroux del Partido Radical y apoyado por la derechista CEDA, comienza a cambiar la legislación progresista del anterior periodo, perdiéndose todo lo adelantado.
Asímismo, en esta línea de actuación ralentiza la transferencia de competencias a la Generalitat catalana y frena el estatuto de autonomía vasco.
La CEDA empieza a reclamar del gobierno un aun mayor giro a la derecha y los falangistas actúan violentamente contra las fuerzas de izquierda y progresistas, lo que degenera en un periodo de lucha (en todas sus formas) entre izquierdistas y derechistas.
La CEDA finalmente entra en el gobierno, con lo cual se acelera la anulación de las reformas progresistas.
La izquierda reacciona convocando la huelga general con un seguimiento desigual. En Asturias los obreros se levantan, constituyéndose un fuerte movimiento revolucionario. En Catalunya se proclama el "Estat Catala". Ambas iniciativas son sofocadas. En el caso de Asturias la represión ejercida por el ejército contra los rebeldes desencadena una matanza. Numerosos políticos de izquierda dan con sus huesos en la cárcel.
La CEDA asume aun más poder después de estos hechos y comienza a hacer planes para derrocar la Republica. La falange hace tres cuartos de lo mismo e incita al alzamiento armado contra la República.
Cabría señalar que la situación en Europa durante este periodo está dominada por el imparable ascenso del fascismo en Italia y Alemania, y estos países son los ejemplos a seguir de la derecha europea, en esos momentos.
Volviendo a España, el gobierno pretende finalmente hacer una reforma de nada menos que 42 artículos de la constitución, que suponen una vuelta atrás radical. También lleva a votación una ley de contra-reforma agraria. Seguidamente estallan una serie de escándalos que salpican el gobierno Lerroux. Todo esto lleva a la dimisión del gobierno y a la convocatoria de elecciones para el 16 de febrero de 1936, tras un fallido intento de crear un nuevo gobierno estable sin la CEDA.
Las izquierdas se unen en una amplia alianza de oposición llamada "Frente Popular", que aunque circunstancial supone la única defensa que le queda a la Republica frente al fascismo y los conservadores monárquicos.
El Frente Popular.
El Frente popular gana las elecciones y obtiene 257 diputados. Azaña forma gobierno, sin los socialistas y comunistas que aunque le apoyan no desean entrar en el gobierno.
El gobierno promulga inmediatamente la amnistía y los miles revolucionarios de octubre recobran su libertad. El parlamento catalán vuelve a reunirse. Se suceden las manifestaciones de apoyo al Frente Popular.
La derecha encaja muy mal la derrota y comienza una oleada de actos terroristas con el fin de desestabilizar el país. El gobierno frentepopulista responde ilegalizando la falange y encarcelando a su principal dirigente.
En los cuarteles el ruido de sables comienza a ser ensordecedor y los militares más reaccionarios comienzan a preparar un golpe de estado. Además de los generales, esta vez también hay civiles implicados en la trama.
Por su parte los campesinos empiezan a ocupar fincas con el consentimiento del gobierno, con miras a realizar la reforma agraria por su cuenta y a la mayor brevedad posible. Los terratenientes reaccionan abandonando el país y sacando todo el capital. En las grandes ciudades las muestras de apoyo del pueblo a la República son multitudinarias, destacando el 1º de Mayo en Madrid.
La situación general se va radicalizando y los actos violentos de la falange son contestados con la quema de iglesias.
El general Mola, cerebro del golpe de estado que se está preparando, pone fecha en principio para el 10 de Julio y distribuye el trabajo: Franco se encargará de África, Goded de Valencia, Queipo del Llano tomará Andalucía y el propio Mola se hará cargo de Navarra y Burgos. Finalmente se acuerda retrasar la fecha, por desacuerdos con la falange y los tradicionalistas.
Mientras tanto y dentro del mismo plan de desestabilización el día 12 de Julio, se produce un hecho determinante: el teniente de la guardia de asalto y públicamente izquierdista, José Castillo es asesinado supuestamente por falangistas. Sus propios compañeros ejecutan al dirigente derechista José Calvo Sotelo, como venganza.
Esto sirve de excusa a los golpistas para desencadenar el golpe de Estado, inicialmente el 17 de Julio en Canarias y Marruecos y el día 18 en el resto de España.
El gobierno reacciona tarde y mal, negándole inicialmente al pueblo las armas que le reclama, perdiendo en algunos casos una oportunidad de oro de parar la sublevación.
A partir de ese momento España queda dividida en dos zonas, una bajo control gubernamental y otra bajo control de los sublevados y no existe una clara ventaja militar por parte de ninguno de los dos bandos lo que hace prever una guerra larga. La tragedia de una guerra civil está servida.
La memoria histórica es esto: conocer lo que teníamos y nos arrebataron y cuánto nos costó recuperarlo. Sin eso, seguiremos pegados a la telebasura, quejándonos de la liga y dejándonos arrebatar nuestros derechos.
ResponderEliminarEstamos abducidos por voluntad propia.
ResponderEliminarAcabará volviendo más tarde que temprano. Eso sueño. Y me han dicho que algunos se cumplen.
ResponderEliminarPatri.